El amor saludable no es un amor completo y definitivo de una vez por todas, más bien se trata de una orientación que nos permite reinventarnos junto a la persona amada.
Walter Riso
¿Qué es un conflicto de pareja?
Una pareja es en realidad la confluencia de dos mundos individuales que deciden convivir, por lo que es natural que, ante diferencias y puntos de vistas probablemente divergentes existan desacuerdos y mal entendidos, siendo esto normal. Sin embargo, hay momentos en que estos desacuerdos y mal entendidos traspasan la barrera de la normalidad, perturbando la relación y la convivencia, es entonces cuando estamos ante un conflicto de pareja, que puede ir escalando en dificultad hasta ser insostenible, pudiendo llegar a rupturas irreversibles por no haberlo identificado y tratado en el momento adecuado.
Por otro lado, es importante destacar que una relación sana promueve el desarrollo del potencial de cada uno de sus miembros y lo reafirma.
Desde un punto de vista social, el ser humano es interdependiente, en el sentido de que cada individuo influye sobre los demás y los demás influyen en él.
La interdependencia determina relaciones donde existe “dependencia mutua y equitativa”. Este tipo de vinculo implica la mutua responsabilidad, por una parte; y por otra, compartir una serie de valores, normas y criterios comunes con otra persona, aunque existan diferencias.
¿Cómo podemos identificarlo?
El distanciamiento físico y sexual, la falta de comunicación y ocio compartido, la interferencia e intolerancia de los núcleos familiares de origen, discusiones acaloradas en torno a temas políticos, religiosos o sociales, situaciones que antes se llevaban bien ahora son incomodas, la participación de un tercero, etc. Son indicadores del conflicto de pareja.
¿Por qué surgen?
Es importante destacar que las causas y consecuencias de un conflicto de pareja, son particulares en cada caso, aquí mencionaremos las mas frecuentes:
Consecuencia de los rasgos de personalidad y conflictos intrapersonales de cada uno: Dependencia emocional, necesidad de control, pasivo-agresividad, baja autoestima, inseguridad, desconfianza, etc.
Producto de los malos entendidos y dificultades comunicativas, que pueden producir insatisfacciones, frustraciones y en ocasiones profundos desacuerdos entre la pareja.
También es posible que el conflicto tenga un origen externo: el trabajo, crisis económicas, entorno político, injerencia de familiares, que de manera insidiosa pueden ir erosionando la relación.
Cambios con fuerte impacto en uno o ambos miembros de la pareja (enfermedades, perdidas, duelos, migraciones).
Crisis vitales que producen cambios en las necesidades o expectativas de uno o ambos miembros de la pareja.
No existencia o perdida de los lugares comunes (proyectos, sexualidad, espacios de disfrute)
Celos, infidelidad
Diferencias en cuanto a la crianza de los hijos
Conflictos de corresponsabilidad (reparto de gastos, tareas domésticas y cuidados)
Conflictos de valores por razones religiosas, étnicas, políticas etc
¿Cómo te ayudaríamos?
Desde un tercer punto de vista imparcial, objetivo, empático y respetuoso, que pueda comprender ambas partes, podemos constituir un equipo, pareja y psicoterapeutas considerando que:
Las estrategias, negociaciones y acuerdos terapéuticos consensuados con la pareja tienen como objetivo fundamental contribuir a la transformación de cada integrante, el “bien-ser” de cada uno, imprescindible para sanar la relación de pareja y alcanzar el ansiado “bien-estar” a partir de la interdependencia.
Un vínculo “interdependiente” quienes lo conforman han aprendido a pasar por procesos de negociación y a llegar a acuerdos donde ambas partes se comprometen a cumplirlos, son relaciones donde todos ganan. Se busca resolver dificultades en vez de “controlar” para construir un vinculo armonioso, estable y satisfactorio, que de respuestas a las expectativas de ambos.
A partir de estas premisas podemos ayudarles a:
Encontrar el origen del conflicto para analizarlo en una dimensión más amplia y buscar una solución negociada y armónica que les permita replantearse la relación y rescatar el bienestar en pareja.
Ayudar a identificar los cambios necesarios en cada uno que influirían la resolución del conflicto de pareja.
Acompañarlos a resolver las dificultades comunicacionales para hablar y escucharse mutuamente, facilitando la expresión asertiva de emociones y sentimientos, de “reclamos”, necesidades y expectativas que favorezcan el darse cuenta del momento que vive la relación, para poder negociar los cambios, responsabilidades y compromisos individuales, que favorezcan el crecimiento de cada uno en una nueva etapa en pareja.
Si la resolución del conflicto fuera la separación definitiva, podemos acompañarlos en un proceso que implique el menor trauma y dolor posible .