Contribuir a aligerar el sufrimiento que está presente cuando las personas están enfermas, especialmente con aquellas que tienen su vida en peligro y ayudarlas con amor y compasión en ese intrincado laberinto de opciones y posibilidades, con un manejo adecuado de las emociones que se desbordan en esos momentos, es un aspecto sumamente humano de la Psiconeuroinmunologia. Esta combinación de la ciencia con la humanidad de la persona enferma, es uno de las contribuciones más ricas de la PNI
Marianela Castes
Hay momentos donde la salud puede verse afectada por enfermedades que nos toman por sorpresa, impactándonos, por los cambios que pueden generar en el devenir de nuestra existencia.
Los efectos psicológicos de un determinado diagnóstico, dependen de la naturaleza de la enfermedad (crónica, degenerativa, peligro de muerte), de la magnitud y limitación que producen los síntomas, y por otro lado de las creencias que se tienen con respecto a la enfermedad y sus posibles tratamientos, del pronóstico médico y como es comunicado al paciente, así como del apoyo que pueda encontrar en su entorno.
Cuando se vive una pérdida significativa de salud, que afecta la calidad y esperanza de vida, puede generarse un profundo sufrimiento y además del cuerpo, todas las dimensiones del ser se ven afectadas, generalmente emergen emociones como la tristeza y/o rabia, ante las limitaciones y/o perdida de capacidades, ansiedad, ante la incertidumbre y el miedo a la discapacidad y/o a la muerte, a los efectos secundarios de algunos tratamientos y a la efectividad o no de los mismos, así como sentimientos de inseguridad, vergüenza y culpa por los efectos que se puedan generar en nuestros familiares y las consecuencias en la vida relacional y laboral.
Cuando las personas atraviesan estás situaciones, es importante considerar que las emociones y pensamientos juegan un papel fundamental en los procesos de salud y enfermedad, por lo que, además de recibir los tratamientos médicos adecuados, necesitan ser escuchadas, comprendidas y acompañadas a resignificar la enfermedad, para encontrar sentido a su sufrimiento y conocer las posibilidades de curación, transitando el camino de la sanación.
Se cura el cuerpo, se sana el alma. Para comprender de que forma podemos ayudarte, es importante conocer la diferencia entre curación y sanación.
La curación se produce a nivel físico, es resultado de haber llevado a cabo el tratamiento médico y/o psicológico adecuado, la sanación abarca todo el ser, implica cambios a nivel físico, psicológico y espiritual, la sanación conduce a la integración de aspectos de la personalidad, desconocidos, rechazados o reprimidos, que de forma inconsciente están relacionados con la enfermedad, por lo que en muchas oportunidades puede producirse la curación a nivel físico, mas no la sanación, sin embargo, una persona puede aceptar la realidad irreversible de su enfermedad(crónica, degenerativa), aprender a vivir con ella de la mejor manera posible y sanar su mundo interior a partir de esta experiencia o aceptar la inminencia de la muerte con la paz que representa haber dado el justo valor y sentido a su historia de vida.
«Las personas deben empezar a darse cuenta en que extensión el cuerpo que le presentan a la medicina para diagnóstico y tratamiento, es un cuerpo con una profunda experiencia e inteligencia significativa, informado acerca de sí mismo y su ambiente, e influido por su propia sensibilidad y conciencia.»
George F. Solomon
Además de otros abordajes, integramos a al proceso psicoterapéutico, La psiconeuroinmunología (ver apartado)por su concepción holística y sistémica del ser humano y su abordaje interdisciplinar, nos ofrece una alternativa de acompañamiento, de por si integradora, en procesos de enfermedades hacia la sanación.
Podemos acompañarte en procesos
“El cuerpo que sufre nos fuerza a recordar que el cuerpo es el templo. La enfermedad -incluso el cancer- es una invitación a volver a entrar en ese templo en busca de nuestra conexión con lo que está más allá de nuestra constreñida conciencia”
María Mora Viñas
Enfermedades autoinmunes: artritis, psoriasis, enfermedad celiaca, lupus, esclerosis múltiple, enfermedades inflamatorias intestinales, VIH-SIDA etc
Cancer
Enfermedades crónicas: Asma, Epoc, diabetes, epilepsia, trastornos del humor
Cualquier otro proceso de enfermedad donde necesites acompañamiento.
¿Cómo te ayudaríamos?
“La enfermedad física…
Una necesidad urgente de nuestro sistema psíquico; hay algo que necesita reequilibrarse, una unilateralidad que demanda la necesidad de integrar nuevos contenidos, un bloqueo psíquico que pide ser superado, que necesita ser entendido y habla a gritos, con el lenguaje del cuerpo, diciendo que algo tiene que cambiar”
María Mora Viñas
Cabe destacar que la vida psíquica se expresa a través del cuerpo y la mente, que las causas de una enfermedad pueden ser multifactoriales, que cada persona la vive de forma diferente, y el conjunto de síntomas y su intensidad varían de persona a persona, y como nos recuerda la Dra. Castes, la persona que atraviesa una perdida significativa de salud, puede estar experimentando niveles profundos de sufrimiento, por lo que el terapeuta, anteponiendo su humanidad, de forma empática y cercana, considerara la identidad y vivencias particulares de cada consultante para ayudarle a:
Identificar las creencias sobre la propia enfermedad y las posibilidades de curación.
Ampliar la conciencia corporal para que emerjan sensaciones y emociones reprimidas.
Descifrar el mensaje de los síntomas, pues pueden ser el llamado de atención para que identifiquemos la vida que hemos dejado de vivir y que aspectos de nosotros necesitan ser integrados a la conciencia,
Entender las bases biológicas del estrés y sus efectos en la enfermedad, para aprender estrategias de afrontamiento que puedan disminuir los niveles de estrés y sus efectos nocivos para la salud.
Identificar cuáles son sus genuinas necesidades y que habilidades y potencialidades necesitan crecer.
Hacer consciente donde esta el bloqueo de energía que puede estar influyendo en el proceso de enfermedad y que necesitas cambiar para que esta energía se exprese.
Comprender el sentido del sufrimiento para aligerar su pesada carga.
Plantearte posibilidades de vida diferentes.
Resignificar la enfermedad como un camino de transformación para recuperar el equilibrio.