Existen dos tipos diferentes de cambio: uno que tiene lugar dentro de un determinado sistema, que en sí permanece inmodificado, y otro, cuya aparición cambia el sistema mismo.

Paul Watzlawick

¿Qué es un Conflicto de familia?

La familia es definida por la RAE como un grupo de personas emparentadas entre sí que viven juntas. Esta relación parental puede ser consanguínea o por vínculos constituidos y reconocidos legal y socialmente. En su interior conviven diferentes generaciones lo que conlleva a conflictos familiares de carácter intergeneracionales y comunicacionales. Tradicionalmente se habla de familia nuclear en referencia a la familia conformada por los padres y sus hijos, y familia extendida a la que incluye a los abuelos, tíos, primos y asimilados.

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¿Cómo podemos identificarlo?

Por ser la familia un sistema dinámico, integrado por miembros que viven diferentes momentos y expectativas, en ellos podemos identificar:

  • La sensación de haber perdido autonomía.

  • La necesidad de diferenciarse de uno de los miembros de la familia.

  • Discutir por espacios comunes, necesidad de reconocimiento, entre otros.

  • Conductas agresivas o de aislamiento de alguno de los miembros.

  • Conductas controladoras y/o autoritarias.

  • Dificultades o bloqueos en la comunicación.

  • Dificultades para establecer o respetar límites y normas de convivencia.

¿Cómo surgen?

Todo sistema es dinámico, lo que lleva implícito una necesidad de cambio y de reacomodo; los hijos crecen, los abuelos se hacen más dependientes, la pareja desarrolla otros intereses y todo ello amerita una recomposición del entorno familiar. Cuando no se pueden identificar las necesidades cambiantes de los diferentes miembros, se niega esta realidad de cambio y se limita la capacidad de escucha, surgen los conflictos en la convivencia familiar.

¿Cómo te ayudaríamos?

A través de un proceso de reuniones periódicas con los miembros de la familia les ayudaríamos a:

  • mejorar la escucha activa y la forma de comunicarse

  • Fortalecer la flexibilidad y permitir la intervención de los demás miembros de la familia

  • Expresar afecto y sentido democrático en el establecimiento de las normas y límites para una sana convivencia

Todo ello en un ambiente de seguridad y respeto.

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