Escrito por: Erazo Lozada

Un mal conocido y peor tratado.

Te sientes sin energía, te duele todo, no tienes ganas de hacer nada, tienes dolor crónico y los médicos no saben que te pasa? Puedes tener el Síndrome de Fatiga Crónica.

✨El síndrome de Fatiga Crónica o simplemente Fatiga Crónica, también conocido como Encefalomielitis Miálgica- nombre que asusta mucho- afecta a millones de personas a nivel mundial. En USA más del 91 % están infradiagnósticados o con etiquetas de Depresión, Ansiedad, problemas psicológicos u otros diagnósticos equivocados que no ayudan a la identificación del problema ni dar a  las personas la ayuda necesaria.

👀Generalmente comienza luego de enfermedades infecciosas, como la Mononucleosis infecciosa, Influenza, Dengue, y actualmente asociado al llamado Long Covid, o Covid prolongado o Síndrome Post Covid. 😷

Las personas pueden tener síntomas leves con fatiga y dolor post ejercicio físico, astenia, intolerancia a las actividades habituales escolares, de la  familia y hogar o del trabajo, trastornos del sueño, o tener síntomas severos que impiden cualquier tipo de actividad física, deterioro cognitivo con rápido cansancio mental o falta de atención que impide hacer su trabajo, alteración ortostática  a permanecer algún tiempo en posición de pie, tales como Hipotensión Ortostática, Taquicardia, Mareos, Malestar general.

Pero también hay personas que no recuerdan o registran un antecedente de enfermedad infecciosa previa, entonces no tienen el Síndrome de Fatiga Crónica? Pues yo pienso que si,  porque el episodio infeccioso pudo pasar inadvertido como sucede con el Covid o con una Influenza o estar asociado a traumas previos de cualquier tipo, incluyendo enfermedades crónicas o en post operatorio de tumores, problemas ginecológicos como Endometreosis o simplemente con la forma y las condiciones de vida.

🎈Desde el 2015 no se publicaba revisiones clínicas sobre este mal conocido y peor tratado síndrome.

🌟El 25 de agosto 2021, la revista Mayo Clinic Proceeding publicó un consenso de 21 expertos donde se hace una actualización de muchos aspectos epidemiológicos, clínicos, diagnósticos y terapéuticos de esta entidad.

😷Los síntomas son muy variados y van desde síntomas leves a gran discapacidad.

Fatiga o dolor muscular luego del ejercicio físico o sólo con actividades como caminar, las labores del hogar, del trabajo o estar poco tiempo de pie

✨También puede haber fatiga mental, con dificultad para la concentración, atención y memoria. Estos síntomas pueden ser menores en algunas personas pero muy severos en otras. Por eso a esta entidad algunos expertos la denominan Encefalomielitis Miálgica. Por los síntomas en la esfera mental y el dolor muscular.

 👀Un síntoma muy frecuente es la astenia. O sensación de tener malestar general y no desear hacer ninguna actividad. Las personas sientenpido agotamiento físico y mental en cualquier tarea que antes realizaban con total normalidad.

🌟Pueden tener hipersensibilidad a estímulos externos como a ruidos, luz, tacto, olores o comidas.

🎈Para el diagnóstico las personas deben tener por lo menos 6 meses de síntomas. Y generalmente después de haber sufrido una enfermedad infecciosa, no siempre viral, también se ha descrito después de infecciones bacterianas severas como sepsis, shock séptico o estar ingresados en Cuidados Intensivos.

-Los síntomas no mejoran con el reposo o la indicación de hacer ejercicios físicos de bajo impacto como caminatas de breve duración. Incluso esos ejercicios leves pueden empeorar los síntomas.    Existen trastornos del sueño con insomnio o sensación de sueño no reparador. 😵💫

-También pueden tener síntomas gastrointestinales como vómito, diarrea, intolerancias a algunos alimentos.

En muchos casos hay intolerancia ortostática. Malestar que se produce al estar algún tiempo en posición de pie. Pueden tener hipotensión, sudores, taquicardia, mareos. Mejoran al acostarse o sentarse.

Es tres veces más frecuente en mujeres que en hombres. Con edad promedio de 33 años.

-Esta entidad produce mucha preocupación en las personas, frustración, ansiedad o depresión, ya que no encuentran alivio y no hay evidencia de daño físico en muchos casos, lo cual desconcierta a los pacientes y a los médicos.

El síndrome de Fatiga Crónica-SFC- afecta generalmente a personas que han sufrido enfermedades infecciosas como Mononucleosis Infecciosa, Infecciones severas por Giardiasis, después del Síndrome de Guillian Barré, infecciones por Coxiella burnetii, y en pacientes con Síndrome Respiratorio Agudo Severo como el Covid. En esta última enfermedad el paciente puede seguir teniendo después de 6 meses complicaciones pulmonares o del corazón.

-La Fatiga Crónica afecta más a las mujeres. 3 veces más. Y aunque puede ocurrir a cualquier edad, es más común en edades de los 10 a los 19 años y desde los 30 a 39 años. Con una edad promedio de 33 años.

-Los análisis de sangre y otros estudios son normales o con pocas  alteraciones.

Se describen algunas alteraciones hormonales, metabólicas o físicas que no explican toda la sintomatología del paciente y no se correlaciona con la severidad de la enfermedad.

-Se ha asociado a estrés crónico antes de sufrir la infección que desencadena la fatiga crónica. Puede haber estrés o situaciones emocionales  debido a traumas desde la infancia, relaciones laborales, ambiente social y/o económico, relaciones de pareja o familiares.

Los pacientes pueden tener algún grado de inmunosupresión que los predisponen a otras infecciones.

También pueden tener marcadores de inflamación crónica pero sin evidencia de enfermedad autoinmune o autoinflamatoria, o también llamas antialérgicas.

 El enfoque terapéutico debe ser multidisciplinario, pero primero es muy importante hacer un diagnóstico preciso y descartar otras enfermedades como problemas hormonales, enfermedades reumáticas o autoinmunes, alteraciones metabólicos o entidades que pertenecen a las esperas de trastornos mentales o de personalidad.

Primum Non Nocere. Lo primero es no hacer daño. Escuchar al paciente y conocer su historia. Conocer su patobiografía y antecedentes de vida, entorno social, económico, familiar, laboral y su infancia, son la piedra angular para el correcto diagnóstico del problema.

Por ello, el tratamiento debe ser multidisciplinar con la participación de médicos con especialidades que tienen un enfoque integral al ser humano como la Medicina Interna, psicólogos, psiquiatras, fisioterapeutas, nutricionistas, entre varias especialidades que pueden ayudar a dar una mejor atención a la persona.

 El tratamiento no farmacológico es primordial y aquí se incluyen muchas terapias desde el reposo físico, la meditación guiada para disminuir la ansiedad y el dolor de la persona, práctica diaria de Mindfulness o Atención Plena, practica de yoga o Tal- Chi si las condiciones clínicas de la persona lo permiten. No debe recomendarse el ejercicio físico, aunque sea breve y muy ligero, si la persona no lo tolera. Eso puede producir más dolor físico, frustración y empeoramiento de los síntomas.

En tratamiento farmacológico existen muchas opciones que deben ser usadas con mucha cautela por los médicos, evitando los efectos adversos y la polifarmacia o polimedicación.

 Se han usado analgésicos comunes, AINES, fármacos antidepresivos, coadyuvantes de la analgesia como Gabapentina o Pregabalina.

  • La experiencia de los médicos y la compresión del paciente es primordial para utilizar medicamentos que ayuden y no empeoren la situación y sobre todo, evitar fármacos como los opiáceas o narcóticos que producen alta adicción.
  •  El pronóstico de esta entidad es difícil de definir porque es un nuevo Síndrome Nosológico y por lo tanto puede variar según la persona. Desde rápida recuperación sin secuelas, recuperaciones parciales con síntomas recurrentes o evolucionar a una importante discapacidad para las actividades personales, familiares, sociales o laborales.
  • No existen Enfermedades sino Enfermos. Cada individuo escribe la historia de su proceso patológico.